Por James Cifuentes Maldonado
El siguiente texto lo publiqué hace casi 2 años, para un amigo que, luego de mucho tiempo fuera, volvió a la ciudad, y vio la misma pobreza del Deportivo Pereira. La historia en 2022 dio el giro que ya conocemos, por eso me parece refrescante reeditarlo.
“77 años son un punto diminuto en el tiempo o toda una eternidad, según como lo queramos mirar; 77 años representan casi la mitad de la historia de Pereira desde su fundación; 77 años equivalen a un poco más del tiempo que le toma al cometa Halley dar la vuelta a su órbita para que en la tierra lo podamos ver; 77 años son un poco menos que los 82 que tenía “Chila” cuando murió.
Chila, la hincha matecaña más emblemática, el símbolo de las esperanzas perdidas, que dio su último aliento justo antes de que el equipo tuviera su primer retorno a la A, momento que para algunos representa la alegría más grande que nos ha dado el Deportivo Pereira, que, comparada con los logros de los equipos de nuestras ciudades vecinas es una verdadera insignificancia, pero que, siendo tan poco, los que estuvimos en el estadio esa tarde del 19 de noviembre del año 2000 podemos atestiguar que jamás, los que seguimos y amamos nuestro futbol, sentimos algo igual; aunque suene tristemente exagerado, ese fue nuestro “Maracanazo” o nuestro “5-0”, nuestra única alegría de grandes proporciones y de histeria colectiva, a la que nos llevaron los jugadores de aquella época, de la mano de otro nuestro, quizás el más nuestro de los técnicos, Walter Aristizábal. Luego, cuando caímos nuevamente en 2012 y volvimos a retornar en 2019 ya nos dio igual, ya no sentimos nada.
77 años representan casi 4 generaciones de pereiranos de nacimiento y adoptivos, que hemos venido esperando lo que tal vez no ha de llegar, una estrella, impulsados por el amor a esta tierra, por la pasión que nos despierta los colores de nuestra bandera, las notas del himno de la ciudad antes de cada partido, cada redoble de nuestro tambor y cada vuelta de nuestras camisetas entorchadas, en el frenesí de la tribuna.
Y a los que se les hace imposible entender por qué, a pesar de 77 años de no ganar nada seguimos adelante y dispuestos a seguir saltando con más fuerza en las graderías, tenemos que decirles que ser hincha del Deportivo Pereira no es una cuestión de ganar o perder, ser hincha del Deportivo Pereira es una cuestión de SER, es algo que se lleva muy hondo, en el alma; es un sentimiento que ni siquiera morirá cuando muramos nosotros, porque pasarán otros 77 años y vendrán muchos Lobos y muchos hinchas más, que quizás dirán lo que hoy estamos diciendo, pero a los que nadie les podrá quitar cada grito, cada brinco, cada pequeña alegría, esas que sólo nos han llegado con cada gol, así al final no se hayan dado los resultados.
No nos hablen entonces de La Mecha, Nacional, Madrid o Barcelona, eso no lo entendemos ni nos sabe a nada; nosotros solo entendemos y vivimos lo propio, lo que nos pertenece, el Deportivo Pereira que es nuestro, como es nuestro Libaré, el monumental Hernán Ramírez Villegas, el Bolívar Desnudo, cada mango de la plaza, el Viaducto, el Lago Uribe Uribe, la Catedral, el Parque Olaya, Ciudad Victoria, como es nuestra la gente que nació en esta tierra y los que llegaron a ella y jamás se fueron y que sólo pueden explicar el ser hincha del Deportivo Pereira, cerrando los ojos, con la emoción apretando por dentro.”
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