Por James Cifuentes Maldonado
He
vivido en un permanente conflicto con el tratamiento mediático que se
les da a las mujeres, cuando se pretende defender sus derechos y su
condición dentro de la sociedad, de una
manera contraproducente que termina mostrándolas como inferiores o
desvalidas. No creo que la mujer sea por principio o por definición
débil o vulnerable, como se les hace ver; más bien creo que ha faltado
mucha conciencia sobre la igualdad entre géneros,
para admitirnos todos y todas como valiosos y fuertes, con
potencialidades en todos los ámbitos, propiciadas precisamente por la
diferencia.
Destinar
un día para "celebrar” la importancia de las mujeres es chévere, pero
es perpetuarnos en una discriminación de ribetes peyorativos. Yo admito
que la realidad histórica muestra
que la mujer ha debido librar una lucha para reivindicar sus derechos
civiles, económicos, laborales y políticos, pero eso ha sido una
barbaridad, no ha debido ser así, porque esa lucha ha estado basada en
la necesidad de derrumbar barreras artificiosas, producto
de la ignorancia, cimentadas en la religión y en la política,
tradicionalmente dominadas por el machismo.
No tiene mucho sentido un día para la mujer, o un día para el hombre, cuando ambos se dan significado
mutuamente, como el ying y el yang, o el cóncavo y convexo del que habla Roberto Carlos en la canción.
En buena hora, creo que hoy las mujeres tienen un
lugar y un espacio plenamente reconocido, por el avance de la razón y la civilización.
Ellas
siempre han trabajado y han sido el alma de la familia, pero el resto
de los caminos hacia su realización intelectual, profesional y hasta
espiritual estuvieron plagados de absurdos,
como en la carta en la que Pablo le decía a Timoteo que las mujeres no
debían hablar en el templo, porque Adán fue primero y Eva llegó después.
Afortunadamente, en Corintios 1-11, leemos: “Por supuesto que para el
Señor, la mujer no existe sin el hombre ni el hombre sin la mujer.”, y en el versículo 12: “Porque
si la mujer procede del hombre, a su vez, el hombre nace de la mujer y todo procede de Dios.”.
Un
día es muy poco, casi nada; yo respeto y valoro a las mujeres siempre,
como esa mitad y ese complemento infaltable; esa alianza eterna sobre la
cual se ha construido el mundo; pero,
para no quedar políticamente incorrecto, envío mi felicitación a la
mujer madre, a la mujer esposa, a la mujer trabajadora, a la mujer
profesional, a la mujer científica, a la mujer líder,
incluso a la mujer astronauta,... a todas.
Muchas gracias Dr.James por este acertado y bonito homenaje que nos hace. Tristemente nos ha correspondido una lucha historica absurda para reivindicar nuestros derechos, esperemos la sociedad siga avanzando a un nivel más elevado de conciencia donde todos entiendan lo que ud. Ya tiene claro. Saludos.
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