jueves, 25 de agosto de 2016

De la euforia al estudio para entender lo acordado





Hoy estamos embriagados de Paz pero en el transcurso de los días vamos a ir clarificando el juicio; con la pedagogía que debe sobrevenir  comprenderemos la dimensión de lo que está sucediendo; precisaremos qué es y qué no es lo que se ha firmado con las Farc.

Aprecio a quienes comparten conmigo el entusiasmo frente al plebiscito, a quienes vamos a decir SI, pero aprecio mucho más a quienes tienen la intención de decir NO, porque ellos constituyen una mirada distinta y necesaria, representan ese factor de ponderación que dentro de una democracia mitiga los riesgos de los consensos absolutos, porque sería peligroso que todos estuviéramos de acuerdo; si así fuera no podríamos ver las zonas grises de lo acordado, que muy seguramente existen, y no podríamos identificar las oportunidades en la implementación.  Por lo pronto ya hay una base y los colombianos el próximo 2 de octubre tendremos la palabra.

Yo invito a quienes se oponen, no a la Paz, sino a los acuerdos con las Farc, porque de eso es que estamos hablando, para que, junto con los que sí estamos optimistas frente al  proceso, nos dispongamos a entender los detalles de la negociación, para que nos informemos suficientemente y demos el debate con respeto y con argumentos; porque efectivamente en esto es tan importante la mente como el corazón. Son  fundamentales los anhelos pero mucho más la razón.  

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