Hoy
estamos embriagados de Paz pero en el transcurso de los días vamos a ir clarificando
el juicio; con la pedagogía que debe sobrevenir comprenderemos la dimensión de lo que está
sucediendo; precisaremos qué es y qué no es lo que se ha firmado con las Farc.
Aprecio
a quienes comparten conmigo el entusiasmo frente al plebiscito, a quienes vamos
a decir SI, pero aprecio mucho más a quienes tienen la intención de decir NO,
porque ellos constituyen una mirada distinta y necesaria, representan ese factor
de ponderación que dentro de una democracia mitiga los riesgos de los consensos
absolutos, porque sería peligroso que todos estuviéramos de acuerdo; si así
fuera no podríamos ver las zonas grises de lo acordado, que muy seguramente
existen, y no podríamos identificar las oportunidades en la implementación. Por lo pronto ya hay una base y los
colombianos el próximo 2 de octubre tendremos la palabra.
Yo
invito a quienes se oponen, no a la Paz, sino a los acuerdos con las Farc,
porque de eso es que estamos hablando, para que, junto con los que sí estamos optimistas
frente al proceso, nos dispongamos a
entender los detalles de la negociación, para que nos informemos
suficientemente y demos el debate con respeto y con argumentos; porque
efectivamente en esto es tan importante la mente como el corazón. Son fundamentales los anhelos pero mucho más la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario