miércoles, 21 de mayo de 2025

Miscelánea - Despecho pereirano

                    Foto La Patria

 

Por James Cifuentes Maldonado


Me muevo en un entorno laboral y profesional de gran camaradería, donde el tema del futbol ocupa un lugar muy importante en la agenda y en las conversaciones que a diario tenemos, muy especialmente cuando se ha jugado la última fecha del torneo local o incluso de otras ligas, porque la mitad de los contertulios son seguidores del Barcelona y la otra del Madrid, unos de Boca y otros de River, unos de la Juventus y otros del Inter y casi todos del Liverpool, porque nos volvimos ingleses cuando Luchito Díaz llegó a la Premier League.

Pero no nos vayamos tan lejos, quedémonos acá, donde los gustos se debaten entre los equipos tradicionales como Millonarios, Junior, Cali, América o Santa Fe, los coperos como Nacional o el Once Caldas o los que, siendo históricos, han ganado muy poco como Pereira y Bucaramanga, con hinchadas sufridas pero agradecidas como la nuestra.

Pues bien, en esta oportunidad esta columna es por encargo y responde a la tusa que nos ha dejado la eliminación del amado, que nuevamente se ha quedado por fuera de los cuadrangulares finales. Son muchos los sentimientos encontrados que merecen ser expresados para hacer la catarsis colectiva sobre la frustración que nos deja quedar por fuera otra vez de la fiesta, muy a pesar de contar con un equipo que si bien tiene una nómina corta, los jugadores, luego de la llegada de Rafael Dudamel, demostraron que eran lo suficientemente competitivos y que podían lograr más. Porque en Colombia, aunque los títulos y la historia pesan, cualquier equipo bien armado, bien motivado y bien pago puede ser protagonista y campeón.

Entonces … ¿Qué nos pasó? Un sector de mis amigos responde a esta pregunta con bronca, apretando los dientes, diciendo que lo sucedido no ha sido fortuito, que no hay tal de que de un momento a otro los futbolistas se acordaron de jugar, que con el técnico Suarez eran muy malos y que don Dudamel simplemente se transformaron. ¡No señor!, algo pasó y ese algo es que había una fractura en el equipo, los canales de comunicación en la organización del Deportivo Pereira se ensuciaron con el ruido de los atrasos de la nómina (ya no hay la paciencia de otros tiempos), sumado a la falta de liderazgo de un estratega que como Luis Fernando Suarez, de categoría mundialista, le faltó la ambición y el hambre de los que nunca han ganado nada, razón por la cual se encogió de hombros y se limitó a ir y venir como un zombi en la raya, desde donde ya era incapaz de transmitir la fuerza que el equipo necesitaba.

Eso dicen mis amigos; que fue una conspiración, igualito a cuando la Selección Colombia de mayores boicoteó a Carlos Queiroz y echaron por la borda el proyecto de ir al Mundial de Qatar; cuando reaccionaron ya era muy tarde, es decir, la misma película que vivimos el pasado lunes con un Pereira aguerrido, con mucho futbol en los pies, pero arrastrando el lastre de los puntos perdidos y la presión, como una navaja afilada en el cuello, de no tener margen de error, de tener que hacerlo todo perfecto, de conseguir en 7 partidos lo que no hizo en 13, como el estudiante desaplicado.

Ya está, ya lo dijimos, mis amigos y yo podemos seguir en paz; en el próximo torneo será. La fe sigue intacta y esperamos que el equipo no se desbarate, que se refuerce en lo deportivo y en lo moral.

jueves, 8 de mayo de 2025

Miscelánea - Esa tal crisis no existe



Por James Cifuentes Maldonado

Mientras la oposición se debate en los mecanismos para depurar y definir los candidatos y precandidatos a la carrera presidencial  de 2026, y se les viene la noche, con una Vicky Dávila que no cuaja y no convoca, mientras entre María Fernanda Cabal, Paloma valencia y Miguel Uribe se da una rapiña en la que los tres pierden, y por el lado de los tribunales el dueño del aviso, el Dr. Álvaro Uribe Vélez, está absorbido por un proceso penal pesado y eterno donde nada más la defensa ha puesto 80 testigos, en una estrategia de enredar y enredar, a ver si la prescripción llega, el presidente Gustavo Petro se fortalece y avanza entre escándalos, movilizaciones indígenas, consejos de ministros disfrazados de alocuciones y otros desaguisados como tratar de HP a todo el que se le atraviese y lo incomode.  

No importa si en la calle y en los corrillos a Petro no lo bajan de drogadicto y travesti, el hombre va para adelante, con su cirugía, su reloj y sus disparates en las redes, pero con el viento a favor por el buen desempeño de la economía, nunca un dólar estuvo tan estable, en el nivel ideal para todos, importadores, exportadores y turistas, con su recién estrenada presidencia en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños  - CELAC y el último triunfo diplomático al lograr para Colombia la secretaría adjunta de la Organización de los Estados Americanos – OEA, con la escritora colombo- uruguaya Laura Gil.

Así que a Petro no le importa, que le sigan diciendo lo que sea, mientras un segundo período para la Colombia Humana parece tomar fuerza en los buenos números de las encuestas de Gustavo Bolivar, quien lidera entre los candidatos de la izquierda pero también por encima de los de centro y derecha; “presidente lo amo, lo amo” no se avergüenza en decir en medios el célebre autor de la novela Sin tetas no hay paraíso.

Petro me hace recordar el efecto teflón que en su momento tuvo el expresidente Uribe, al que no le entraba ni la magnífica, como hubiera dicho mi abuelo, pero con una gran diferencia, que en el caso presente a Petro le alcanza el revestimiento hasta para blindar y proteger a sus más caros escuderos que, aunque antagonizan y se sacan los cueros cada pueden, ahí están, más parados que nunca, por supuesto me refiero a la novel canciller Laura Sarabia y a ese desastre y prohombre al mismo tiempo que tenemos de ministro del interior, el indestructible Armando Benedetti. 

En su caso el expresidente Uribe siempre ganó, solo perdió con el intento de segunda reelección, y su popularidad y su fama de “mano fuerte y corazón grande” lo seguirán hasta la tumba, aunque en el camino muchos de sus más fieles y cercanos colaboradores hayan caído en desgracia, ya sea en una cárcel o en el exilio por no decir destierro. No mencionemos nombres para no molestar.  Como diría el finado Juan Gabriel “lo que se ve no se pregunta”.

En fin, amigos de la derecha, pónganse las pilas porque como vamos habrá reelección en cuerpo ajeno …¿será porque aún no nos hemos vuelto como Venezuela?

Adenda. Al momento de escribir estas notas ya ha iniciado el cónclave en el Vaticano y hago mis votos para que Francisco reencarne rapidito en el nuevo pontífice y la iglesia católica siga en su apertura, con la filosofía cristiana del amor, la solidaridad y el perdón, imponiéndose sobre siglos de conservadurismo, intolerancia y exclusión, exclusión de las mujeres, por supuesto; las sacerdotisas, “obispas” y “cardenalas” brillan por su ausencia en estos tiempos modernos, la jerarquía eclesiástica romana es una foto del año 1400 …  ¿hasta cuándo?





jueves, 1 de mayo de 2025

Miscelánea - Tríptico

 

 
Por James Cifuentes Maldonado
 
 
Haciendo gala del título de esta columna, en esta oportunidad me ocuparé de los siguientes avisos parroquiales.
 
Como lo comenté por este mismo medio, no baja la cresta de la ola en relación con el fallecimiento del Papa Francisco y su largo funeral, con las descomunales concentraciones de personas que quisieron verlo y darle el último adiós, las que intervinieron en las distintas homilías y los ríos humanos que presenciaron el cortejo fúnebre en el recorrido a la Basílica de Santa María La Mayor. No queda duda que Jorge Bergoglio fue querido y dejó huella.  Como ahora nos montaremos en la puesta en escena del Cónclave, a propósito de mis inquietudes sobre el recambio en El Vaticano, hago eco de las palabras del español Javier Cercas, el autor del Libro “El loco de Dios en el fin del mundo”, quien tuvo el privilegio de acompañar al Santo Papa en su viaje a Mongolia, quien con suma determinación ha declarado que Francisco no hizo ninguna revolución, que eso es lo que sigue, ya que el trabajo realizado por Francisco se concentró en sentar las bases para una iglesia católica más abierta y más democrática. Que así sea.  
 
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Me sumo a las voces que están de plácemes por el desempeño del Deportivo Pereira, como dice Eduardo Luis “el equipo que uno verdaderamente ama”, que con la llegada del estratega Rafael Dudamel ha dado un cambio de la noche al día; en su estreno con la divisa Matecaña me quedé con el guayabo del empate en Santamarta pero con muy buenos pálpitos, que se ratificaron en los encuentros con el Deportivo Cali y con el Junior de Barranquilla que hace mucho tiempo dejó de ser “tu papá”. Sólo los que compartimos esta pasión entendemos lo que se siente cuando el equipo gana, la semana laboral se hace más llevadera y vamos por ahí con la sonrisa de oreja a oreja comentando con todo el que se atraviesa las posibilidades de clasificar a la final.  A la fecha al Pereira le restan 5 partidos y en mis cuentas debería ganar 3 y empatar 2 para lograr la hazaña, si no resultara así, nos consolaremos diciendo que tenemos una muy buena base para el segundo semestre.  Hoy no seremos felices pero tenemos a Dudamel. 
 
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Encendí la radio ayer en la mañana y no podría dar crédito a lo que estaba escuchando; el tristemente célebre Emilio Tapia, condenado por los escándalos de corrupción del carrusel de la contratación de Bogotá, reincidente en el caso del internet para Centros Poblados, aclarándole a una periodista de La W Radio, que en este último embrollo no era verdad que se hubieran embolatado 55 mil millones, porque en realidad solo se perdieron 15 mil. Se le reconoce al señor Tapia que al haber cumplido su condena, justa o injusta, tiene todo el derecho de dar la cara y pedir perdón a la sociedad como en efecto lo hizo, sin embargo, resultaron de muy mal gusto los muchos pasajes de la entrevista en los que trató de explicar y justificar lo injustificable.  Mucho se dice que cuando se cae en desgracia, todos tenemos una segunda oportunidad, pero en este caso parece aplicar el adagio popular de que "vaca ladrona no olvida el portillo"; el zar de la contratación alcanzó a admitir que se había reunido con un hijo de Miguel Rodríguez Orejuela para hablar de Drogas la Rebaja, pero que eso no pasó de ahí … será creerle.

martes, 22 de abril de 2025

Francisco: U N F E N Ó M E N O


Por James Cifuentes Maldonado 

Esta es mi interpretación sobre unas declaraciones que el Papa Francisco hizo alguna vez a la prensa, y donde explicaba el papel de las religiones en la sociedad. Dijo algo así como que: Las religiones no encierran verdades absolutas y, en su mística, sin renunciar a la propia creencia, están llamadas a unir y llevar a la humanidad a la armonía; porque la fe, más que una diferencia, representa un nexo, un canal espiritual, un avance de las culturas y de los pueblos, una oportunidad para dar sentido a la existencia y coexistir.

En el segundo año de su papado a Francisco se le atribuyeron las siguientes afirmaciones que levantaron roncha y causaron revuelo, por lo que luego las tuvo que matizar: 

“Al igual que la fábula de Adán y Eva, vemos el infierno como un recurso literario’.

“Todas las religiones son verdaderas, porque son verdad en los corazones de todos aquellos que creen en ellos. ¿Qué otro tipo de verdad está ahí? En el pasado, la iglesia ha sido muy dura con los que consideró inmorales o pecaminosos. Hoy en día, ya no hay juicio. Como un padre amoroso, nunca condenemos a nuestros hijos”. 

Luego, en lo que fuera una de sus ultimas intervenciones públicas, dijo, palabras textuales: “No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”. 

Cosas como esas, de parte del maximo jerarca de una institución intolerante y anquilosada en el pasado como la iglesia católica, hacen de Francisco un fenómeno muy dificil de igualar o de repetir.   Una pena que vengamos a conocerlo en toda su estatura como humanista y en su dimensión como lider ahora con su muerte.  Era una golondrina haciendo verano. Deberíamos tratar de emularlo, para honrar la memoria del que más que una autoridad fue un verdadero pastor, que intentó construir un mundo mejor predicando con el ejemplo de su sencillez, su austeridad, su empatía y su afinidad y preocupación por los desvalidos y los debiles. 

Éramos felices con Francisco y no lo sabíamos.

miércoles, 9 de abril de 2025

Miscelánea - La alegría de leer

 

 
Por James Cifuentes Maldonado
 
 
Suelo tener la sensación de que la mayoría de cosas interesantes o importantes en la vida me han llegado tarde o, más bien, yo he llegado tarde a ellas; una de esas cosas, la afición a la literatura.
 
Leer, en el caso de algunas obras, solo es posible cuando uno está preparado; pongo como ejemplo Cien Años de Soledad, la obra cumbre de Gabriel García Márquez, que intenté abordar a mis 20 años y no fui capaz; como muchos que le tienen pereza a esa novela, me perdí en esa maraña genealógica que plantea el autor, alrededor de la familia Buendía y de Macondo, dónde a mitad del libro un no sabe dónde está parado ni de quién carajos se está hablando. Con el tiempo, en mi caso ya con medio siglo encima, cuando logré captar el gusto y el encanto del realismo mágico, cuando me dejé seducir por la fantasía, cuando me enfoqué en el valor de los relatos y no en el relator, cuando entendí las verdades que allí se dicen disfrazadas de ficción, fue cuando por fin me enganché y literalmente devoré las 500 páginas en dos días.
 
Igualmente, ya estando grandecito, descubrí la maravilla del Quijote de la Mancha, esa joya de la literatura castellana escrita hace ya 420 años, que nadie, absolutamente nadie debería perderse, sin importar cuánto tome leerlo; el Caballero Hidalgo, nos lleva al imaginario de esa época en la que vida era más lenta, cuando el tiempo era más largo, cuando había espacio para pensar, para imaginar, porque no de otra forma, habría sido posible que Cervantes se inventará todas esas aventuras de un señor con el cerebro achicharrado de tanto leer novelas sobre caballerías y su humilde escudero, que abandonó su casa y su familia para seguirlo; Sancho Panza, que a mi juicio es el adulto en la habitación, el que, partiendo de su humildad, su sencillez y de su aparente ignorancia, es el que reflexiona y dice las cosas más sabias, en su afán de mantener a su jefe en la sensatez y la cordura.
 
Ahora voy por la mitad de “1984” la novela escrita por George Orwell que me ha hecho entender el concepto de la distopía, que según el diccionario es la “Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”. Lo especial de esta obra es que fue escrita entre 1947 y 1948, por un señor que se imaginó el mundo de la década de los ochentas, pero cuya narrativa casi profética ha venido a materializarse 41 años después, porque el mundo del gran vigilante, El Gran Hermano, está sucediendo hoy, en una sociedad que cada vez más renuncia a la libertad, al conocimiento y a los principios democráticos, atados al celular, que en la novela Orwell llama la “telepantalla”, por donde le dictan a la gente todo lo que debe hacer. Hoy, gracias a la tecnología, al abuso en el manejo de los datos personales en las redes sociales y a la apología de un mundo vacío, reactivo, insensible y frívolo, es que ha sido posible que en Estados Unidos hayan elegido a un presidente como Donald Trump, que nos tiene arrodillados en una guerra arancelaria. En el increíble mundo de Orwell hay una cosa que se llama “el versificador” con el que se fabrican las canciones que el gobierno decide que la gente escuche, quizás eso se parezca a lo que hoy llamamos Inteligencia Artificial.  
 
Hay que leer, nunca es tarde.

martes, 18 de febrero de 2025

Miscelánea - Mi cielo, mi sol, mi todo.




Por James Cifuentes Maldonado


Solía pasear con ella, acunándola entre mis brazos, para tomar el sol de la mañana luego del baño diario que le daba mi suegra, mientras mi esposa se deba un respiro y se ponía a punto para continuar con la rutina de su recién estrenada maternidad; me gustaba ir y venir por los pasillos del segundo piso, extasiado en su mirada, mientras le decía, que ella era mi cielo, mi sol, mi todo, mi cielo, mi sol, mi todo; luego me sentaba y la acomodaba sobre mis piernas y, meciéndola suavemente, me quedaba hasta 15 minutos diciéndole, mi cielo, mi sol mi todo.
De ahí en adelante, ella ocupó el centro de mi universo y prácticamente fue la determinante de casi todas las decisiones que marcaron en adelante el rumbo de mi vida, como trabajar el doble, cuidarme más y no beber tanto; con 35 años cumplidos, un poco tarde para el estándar de la época, yo empezaba apenas a vivir la aventura de ser papá, cuando nunca, antes de los 30, lo había considerado y cuando mi primo Adrián ya tenía 3 hijos mayores de edad, lo que me causaba cierta envidia. Pero nada, era mi propio destino, mi propia experiencia.
Con la vida de ella empecé a entender el valor de la mía; entendí la importancia de mi presencia y de mi integridad, para garantizar que ella pudiera ser, para que creciera; entendí que ya tenía un propósito y muchas razones para dejar de ser yo; ya nunca más sería el mismo, ya  no, en la versión que tenía antes de que ella naciera.
Ella me dio la fascinante experiencia de ser papá, por primera vez, pero no solo eso, porque fue ella la que un día, en el andén de la casa, esperando la ruta del colegio, con su jardinera verde, me dijo que necesitaba un hermanito para jugar, evitándome el trabajo de pensarlo, fue como una orden que en casa cumplimos con todo el gusto. Por suerte se dio, aunque no tan pronto como lo quisimos.
Primero ella y luego él, que llegó dos años después, me dieron una perspectiva de mi mismo que jamás había tenido. Mirar los rostros de mis hijos, sobre todo sumergirme en los ojos de ella, empezó a ser como mirarme al espejo, para ir entendiendo no solo mis rasgos, mis ademanes y mis manías, sino que además me ayudó a descubrir la esencia de mi ser, con todo lo bueno y lo malo que hay en ello.
Un día, haciendo estas mismas elucubraciones, una amiga me dijo que los hijos son verdaderos maestros, y sinceramente no entendí bien la idea, porque, qué carajos pueden enseñar quienes apenas abren los ojos, quienes apenas empiezan a recorrer el camino que los padres ya llevan andado, a veces con éxito y alegrías y a veces con sufrimiento y fracasos. Hoy, varios años después, tengo la certeza de que cada acto, cada palabra, cada pregunta, cada reacción, cada virtud y cada vicio, de mi hija, me muestran la otra cara de la luna de mí mismo, que sin ella, jamás habría visto.
 
Para ella, para mi cielo, mi sol, mi todo, para ella que acaba de cumplir los 19, hoy, cuando ya no la acuno en mis brazos sino que camina a mi lado; ahora que nos perdemos juntos en coloquios de sueños, de libros, de series y de canciones, mi felicitación; para ella, todo mi amor y mi gratitud por completarme, por ser ella, que soy yo, por enseñarme tanto.










viernes, 27 de diciembre de 2024

Miscelánea - Del fraude noticioso y otras yerbas

 


Por James Cifuentes Maldonado

El periodismo está en crisis, los medios de comunicación han perdido la brújula en el deber social de informar y han caído en la anarquía de las redes y el desespero por sobrevivir en ellas, pescando lectores incautos con base en titulares artificiosos y sugestivos, pero vacíos, sin sustancia, sobre hechos inciertos o especulativos, mejor dicho, meros chismes.
Luego del primer partido de la final del Fútbol Profesional Colombiano, jugado en Ibagué, un periódico paisa tituló: “Por fin se conoce cuál habría sido el insulto de David González a Morelos...” en alusión a un incidente de cruce de palabras entre el técnico del Tolima y el jugador de Atlético Nacional.
Sobre la noticia, que no fue noticia, ni revistió ningún valor periodístico o interés relevante para nadie, hay que señalar que, en cualquier texto que relata una situación o un hecho, cuando se dice "habría", quiere ello decir que en lo que se habla no hay certeza, que es una mera conjetura, en este caso, lanzada de manera provocadora y engañosa, para llamar la atención y lograr que los lectores hagan click, que caigan en la trampa de acceder a un contenido que finalmente no dice nada.
Hoy, prácticamente todos los medios, todos los portales y todas las redes se dedican a eso, no hay control y a nadie le importa. Claro que se trata de información, que va y viene en el metaverso digital y cada quien es libre de acceder a ella o no, eso se entiende, pero, el tema es que no deberíamos ser ajenos al cuestionamiento ético que se desprende de esa práctica que, aparentemente, está dirigida a distraer, pero que en el fondo está impulsada por motivos mercantilistas, un negocio en el cual los lectores son meros instrumentos, con fines de pauta publicitaria, de consumo y monetización.
Así se trate de temas frívolos o intrascendentes, un engaño es un engaño, es un fraude; exactamente igual a cuando la publicidad muestra una hamburguesa grande, jugosa y apetitosa y, cuando nos la sirven, resulta ser un pedacito de carne triste y pálido en medio de dos panes aplastados.
De otro lado, toca felicitar a los seguidores de Nacional por la estrella 18, fueron los mejores, aunque mi corazón estaba con Tolima y con David González, al que otra vez se les escapó la Liga. En esta Navidad el regalo que pido es que el Deportivo Pereira se mantenga y que los dueños logren revertir el desempeño irregular de la campaña 2024, para la salud mental y el gozo de todos los hinchas matecañas.
Adenda. Mi colega Ernesto Zuluaga escribió un delicioso texto la semana pasada titulado “Por qué el circo es necesario” en el que plantea el sentido y valor de las fiestas, para quienes viven en sociedad.  Al respecto, me permito acotar que, si antes de la pandemia los festejos, la vida social, la rumba, y el compartir en escenarios familiares y de ciudad eran necesarios, luego de 2021 es un aspecto irrenunciable, no hay más; gozar y disfrutar, debe ser el primer punto de la agenda de todos, incluso de los gobernantes.  Si el señor alcalde decide peatonalizar cada fin de semana las carreras 8ª y 7ª para que la gente camine y comparta, o si se le ocurre generar muestras culturales cada mes, desde La Circunvalar hasta la Calle del Encuentro, al estilo San Telmo en Buenos Aires, tiene mi total aprobación.