Por James Cifuentes M.
Creía que las elecciones terminaban el domingo a las 6 de la tarde, con las tendencias ya consolidadas y todo consumado para los elegidos y para los “quemados”; pero no; luego del preconteo, sigue el escrutinio, proceso del que la opinión pública poco se ocupa, y con el que se valida el ejercicio que se hace en los puestos de votación, porque las elecciones se ganan o se pierden mesa por mesa, y por ello es que el sistema electoral está diseñado para que la mayor parte de los controles y garantías se ejerzan desde allí.
Presencié
los escrutinios del proceso del pasado 27 de octubre, realizados en
Expofuturo, y siento el deber ciudadano de contarle a los risaraldenses y
a los pereiranos,
que se trata de un trámite absolutamente asegurado y transparente,
desde los protocolos y procedimientos fijados en el Código Electoral,
pero principalmente desde la integridad de las personas que los ejecutan
en cada una de las Comisiones Escrutadoras, compuestas
por funcionarios, entre ellos jueces y notarios, rodeados de testigos,
que no tienen la más mínima intención de torcer los números, porque se
juegan no solo su prestigio sino que, además, correrían el riesgo de
incurrir en delitos electorales e ir a la cárcel.
Eso es así de claro.
Los
ajustes derivados de un escrutinio suelen ser mínimos. Teniendo en
cuenta que el preconteo de votos es manual, pueden darse
inconsistencias, generalmente asociadas
a errores de transcripción de los jurados, en las sumas o de
apreciación, particularmente en los votos anulados, de tal forma que un
candidato puede llegar a crecer en votos en una mesa, pero al mismo
tiempo disminuir en otra, lo cual puede ser determinante
en el caso de las últimas curules a corporaciones públicas.
Tratándose
de cargos uninominales, como la alcaldía, 5.000 votos entre el ganador y
el segundo, son considerados un margen estrecho, pero eso es desde el
punto de vista
político, porque en el escrutinio, de acuerdo con lo explicado, es muy
improbable que una diferencia así pueda revertirse.
La
Organización Electoral es una institución seria, de la cual puedo
asegurar, en Risaralda, funciona correctamente, en cuanto hace al
operativo del día de las votaciones
y a los escrutinios por parte de la Registraduría, y por ello lamento
la actitud de quienes, para deslegitimar el proceso y justificar sus
fracasos, atacan unos resultados, que si les hubieran favorecido, no
tendrían discusión.
Los escrutinios no quitan ni ponen, solo corrigen y refrendan lo que ya pasó.
Muy clara la publicación, leo varios columnistas y pocos, de pronto son muy pocos, son muchos los de relleno, por respeto a la persona no doy nombres hoy, pero si los tengo.
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