Por James Cifuentes M.
Los resultados de algunas encuestas, de cara a las elecciones regionales y locales, dejan en evidencia extrañas inconsistencias y dan lugar a un profundo reproche ético para los que utilizan dicha herramienta a su amaño, porque definitivamente aquí alguien ha mentido, asaltando la buena fe de la ciudadanía, cuya intención se ve manoseada y su voluntad distorsionada, lo que conlleva a insistir en que cada ciudadano debe hacer el ejercicio de informarse sobre las propuestas de los candidatos, para estimar su razonabilidad.
Ignoramos
cuál es el rol de un concejal o un diputado; qué es eso de la
coadministración y el control político; desconocemos cuál es el trámite
de un proyecto de ordenanza
departamental o de un acuerdo municipal; no estamos al tanto de la
productividad normativa en la Asamblea y en los Concejos y no conocemos
los méritos de quien aspira a ser alcalde o gobernador. Damos por
sentado que los políticos solo existen para palanquear
puestos, hacer vueltas y repartir contratos y creemos que en eso es que
consiste el liderazgo.
Me
surgen entonces varias preguntas: ¿Por qué votamos? ¿Nuestro voto es
libre? ¿En verdad escogemos al que más nos convence, con menos carreta y
más argumentos?; Frente
a los ríos de leche y miel anunciados, las obras prometidas y la
solución de problemas históricos y sistémicos como el desempleo, la
miseria, el narcotráfico, el consumo de drogas y la invasión del espacio
público, nos llegamos a cuestionar ¿cómo es que estos
magos van a hacer todo eso en 4 años? ¿Cómo, si los anteriores
gobernantes no pudieron?
Algunos
van por ahí recitando lo que la gente quiere oír, jugando con sus
emociones, invocando artificiosamente a Dios y a la Familia, cargando
niños y acariciando
perros; vendiendo el humo de unas soluciones que no son capaces de
explicar; se proclaman independientes, cuando sabemos que su
independencia es retórica y una garantía de ingobernabilidad; deploran
las obras, cuando sin infraestructura una ciudad no es competitiva,
no progresa y lo social, más que una inversión, es un barril sin fondo.
El
único consenso que parece haber en los tintiaderos es que la contienda
está muy dura, o por lo menos así nos lo han querido hacer ver. Una
amiga bien informada me
dijo: “aquí no ha pasado nada, me preocupan esta última semana y las bases”;
lo que me han querido decir es que, en la víspera de las elecciones, es
cuando suelen hacer su negocio algunos dirigentes, que escuchan
propuestas, para vender sus electores al mejor postor.
Todos..buscan su propio.. veneficio olvidandesen.de los borregos..que sirven de escalon..para alcanzar.y lograr.sus altas cupulas..y asi hacer con el pueblo,,todo lo que se les venga..en gana..y los borregos..ahi..como shaquiera..SIEGOS,,SORDOS,,Y MUDOS.EL PROXIMO..DOMINGO..OTRA VEZ..TOMA PA QUE LLEVEN..JAJAJAJA,,VIVA MI COLOMBIA..HERMOSA
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