miércoles, 15 de febrero de 2023

Miscelánea - Minicrónica de un abogadosaurio

 


Por James Cifuentes Maldonado 



Por suerte o por desdicha, en mi adolescencia, que jamás fui consciente de dicho estado, como si lo soy ahora en la crianza de mis hijos, jamás tuve el predicamento de pensar qué quería estudiar o sobre qué carajos quería ser en la vida, sencillamente porque no había lugar para lo uno ni para lo otro. Luego de la muerte de mi padre, mi madre a duras penas logró asegurarnos un techo escriturando la propiedad de una mejora en un barrio de invasión en la Ciudadela Cuba, y allí todos los días ella se jugaba el coco para que comiéramos los 3 golpes, trabajando por migajas en casas de familia, en hoteles y en restaurantes; hubo una época en que no le alcanzó y fuimos socorridos por la generosidad de una mano amiga.   

 

En mi juventud estudiar era un sueño, tanto por la pobreza en mi casa como por el hecho de que la salud y la educación no eran políticas públicas, no eran la prioridad del Estado como lo son ahora cuando a los chicos en las veredas más apartadas los recogen en confortables busetas y nadie se queda sin atención médica, así sea por el SISBEN, que puede llegar a ser mejor que el régimen contributivo.  

 

A los trompicones uno lograba sacar la primaria y, haciendo maromas para los cuadernos y los libros de texto, nuestros papás nos sacaban como ilustres bachilleres; de ahí en adelante, a muchos nos tocaba buscar la forma de vincularnos al mercado laboral como fuera y en lo que fuera, generalmente en la informalidad vendiendo cosas en la calle, puerta a puerta o en trabajos de verdadera explotación, como cuando trabajé en la ebanistería de William, el costeño de Lorica, al que jamás le entendí lo que decía porque hablaba muy rápido y quien nunca me pagó los cien pesos diarios que me prometió por lijar las sillas de mimbre que fabricaba. 

 

Con estas limitaciones, me gradué del colegio, en la nocturna, para orgullo de mi mamá, quien, en la celebración, tomándonos un jugo de lulo con pandebono en la plaza de Bolívar, patrocinado por mi padrino, Nemesio, que era sastre y lo sigue siendo, me dijo: ¡mijo hasta aquí lo traje!  Antes de eso, una noche en clase de ética un profesor, que medía como 2 metros, mal geniado y de toscas maneras, dándonos el curso del pre-ICFES, nos dijo a los estudiantes, que él no sabía cómo putas íbamos a hacer, pero que teníamos que llegar a ser profesionales, que quizás para nosotros era muy difícil, pero que valía la pena intentarlo, que por lo menos averiguáramos.  

 

Envalentonado por mi profesor, un día le pregunté a un señor que coordinaba un programa de juventudes en la Gobernación de Risaralda, qué carrera podría estudiar, qué a cuál universidad podría ir; ese señor me habló de la Universidad Libre donde, con 23 años cumplidos me inscribí, pasé el examen de admisión y me hice abogado, una profesión que no sabía que existía y de la que vivo hace 25 años. ¿Cómo lo hice? solo les diré que el primer año lo pagué con las ganancias de una rifa y de ahí en adelante todas las matrículas fueron financiadas firmando letras en la tesorería.  

 

Los jóvenes de hoy también tienen sueños, pero son distintos a los míos, ellos ya no quieren estudiar, la tecnología ya les dio todo lo que necesitan, ya no quieren salvar el mundo, sólo influenciarlo ... ellos quieren ser Youtubers y graduar al resto de la humanidad de dinosaurios.


miércoles, 8 de febrero de 2023

Miscelánea - Oteando el panorama de las próximas elecciones para la alcaldía de Pereira.

 


Por James Cifuentes Maldonado


No mantengo muy al tanto del que llaman el “cotarro” político en mi tierra, pero sin duda que es un tema que nos toca a todos y del que hay que hablar. Pareciera que la mayoría de los aspirantes ya se ha lanzado al agua y existe un escenario más o menos claro de cómo y con quiénes va a empezar a desarrollarse la carrera por la Alcaldía de Pereira. Aquí les dejo mis impresiones. 

El camino empedrado para la continuidad de El Cambio.  

Así como el zodíaco obedece a épocas y eras que se traducen en el dominio o el mayor ascendiente de un determinado astro o constelación, en política también hay períodos en los que ciertos partidos, movimientos o fenómenos electorales tienen su apogeo y su declive.

En Pereira, si la lógica impera, pudiéramos estar asistiendo al relevo de poder que debería darse luego de los 8 años del denominado “Gobierno de la Ciudad o del Cambio”, de muy buen sabor en el primer cuatrienio en cabeza de Juan Pablo Gallo y de sensaciones mixtas en el caso del período de Carlos Maya, con un estilo menos impactante, más pragmático.

Aunque el balance del “cambio” es positivo, no se puede negar que hay un desgaste propio del tiempo y un desgano, atribuible más a las actitudes de los primeros anillos de esa exitosa empresa electoral, que acumularon mucho poder, y no tanto a la gestión de los dos alcaldes. Por consiguiente, existen fuerzas nuevas que se vislumbran incontenibles que amenazan las posibilidades del concejal Maicol Lopera, que me parece un gran señor, un formidable candidato y al que espero le vaya muy bien.

Martha Alzate, una candidata rogada y de kilates.

Desde hace años viene sonando la ingeniera Martha Alzate como alcaldesa de Pereira, de hecho, nunca había visto una campaña de expectativa tan bien recibida y de tan larga duración, pero ya está, Martha Alzate ya le dijo sí a ese anhelo de sus amigos, que ahora es su propio sueño; un proyecto que emerge como una bocanada de aire fresco y una excelente alternativa para todos los pereiranos.

Además de ser una persona muy técnica y seria, le antecede el prestigio de la otra Martha, la Bedoya, que gobernó de 2002 a 2004, siendo la suya una administración muy recordada por el avance de la ciudad, especialmente en temas de ordenamiento territorial sobre los cuales, por cierto, dudo que haya alguien más preparado que Martha Alzate; le auguro éxitos; Pereira se merece una candidata como ella y ella es digna de la oportunidad.

El sector alternativo y su disparo con regadera.

Yo imaginé a la Alianza Verde pisando muy fuerte en la pugna por la alcaldía, encabezada por Carolina Giraldo o Alejandro García, las grandes vedetes electorales de los pasados comicios, pero eso ya no va a ser, y en su lugar se habla de 4 precandidatos que no conozco, que reflejan la falta de norte y de cohesión en esa coalición, que podría posponerle la llegada al tercer piso del palacio municipal.

Una campaña para hacer la catarsis.

Sigo pensando que Mauricio Salazar se negó a si mismo la posibilidad de ser el alcalde entre 2020-2023; tenía la ventaja de su pinta, un buen equipo encabezado con lujo por su esposa María Irma y gozaba de gran aceptación en la base popular, pero la agresividad de su campaña, especialmente en redes sociales, incomodó a muchos que a la hora de votar cambiaron de parecer. Algunos lo dan por quemado, yo le doy el beneficio de la duda.

Azul profundo.

Por los lados de los azules, una figura muy promisoria de los conservadores como Steven Cárdenas, que se mueve mucho, aun me parece verlo en Expofuturo, como gato patas arriba peleando, voto a voto, su silla en el Concejo Municipal en los escrutinios de las pasadas elecciones; tiene las ganas y la fuerza de un equipo de muchachos disciplinados y llenos de energía, le vendría bien el respaldo unísono de las jerarquías de su partido. Por lo pronto, en un recorrido por el corregimiento de la Bella, vi al combativo concejal Steven haciendo la tarea, chupando polvo y sol, entregando volantes y tocando las puertas de la comunidad. Así se hace.

Un “Gallo” tapado.

Aunque no lo ha anunciado públicamente, entiendo que Carlos Andrés Hernández Zuluaga, en su momento importante alfil del equipo del Cambio, exsecretario de Vivienda y exsecretario de Gobierno, e incluso con funciones de alcalde municipal en los tiempos más aciagos del fin de la administración de Gallo, con un desempeño importante y no muy bien reconocido en sus propias huestes, ha venido haciendo acercamientos por su propia cuenta para hacerse contar. Además de juicioso columnista y conocer los avatares de la función pública, por su paso como Registrador Delegado, Carlos Andrés es un hombre fogueado, estudioso y muy comprometido, que quiere brillar con luz propia y tiene las condiciones; pensando con el deseo, espero que pueda tener el espacio, por los lados de la izquierda. 

En una próxima edición les daré mis impresiones sobre el proceso a la Gobernación de Risaralda.

Nota. Al cierre de esta Miscelánea estoy viendo las desgarradoras imágenes del terremoto en Turquía y Siria; me quedé sin palabras.