Por James E. CIfuentes Maldonado
La unificación del
flujo en la Avenida Circunvalar, que de circunvalación ya no tiene nada, terminará
siendo otra de esas medidas de bajo costo y gran impacto a las que nos está acostumbrando
el alcalde Gallo; luego de haberla recorrido y haber dado una vuelta por sus alrededores
encuentra uno que, en términos generales, el tráfico tiene la misma dinámica
que cuando iba y venía, haciendo la
salvedad del atasco que se está formando arriba en “Buñuelos Días” por los tres flujos que se encuentran, el de la Juan
B. Gutiérrez, el que viene del oriente y el de la misma Circunvalar; en las
horas pico la cosa se pone color de hormiga.
Supongo que dicho
nudo al igual que las vueltas que hay que dar para acceder al centro desde la carrera 12 se resolverán
con los respectivos pasos a desnivel; el sector de San José pide a gritos la conexión
elevada con la zona de la Plaza Victoria, cuya construcción, en buena hora, ya
ha sido anunciada. Es claro Alcalde que
no todas las soluciones se dan cambiando la señalización, también hay que
meterle plata a la infraestructura y a las obras complementarias, porque en la
movilidad están dadas todas las oportunidades para una ciudad como Pereira, con
tantos carros y tan pocas vías, lo cual le resta competitividad.
Pero es
innegable la buena sensación que se tiene con la Circunvalar en un solo
sentido, con los vehículos a lo ancho de sus 4 carriles, incluyendo la
demarcación exclusiva para los ciclistas, que por el momento pocos respetan; da
una percepción de gran bulevar, como cuando uno sube por la calle 21, lástima
que en ese caso se acaba la dicha al llegar a la carrera octava, hay que ir
pensando en retomar la idea de terminar la ampliación de esa importante arteria
hasta la carrera cuarta.
Aprovechando los
avances de la anterior administración, la Alcaldía está logrando un efecto muy
positivo en la Circunvalar, con una medida que entrará a reforzar esa vocación
de zona comercial y de diversión que ha venido consolidándose en ese sector; para muchos ha sido una excelente decisión,
especialmente para los dueños de bares y restaurantes, para el turismo, o simplemente
para quienes caminamos por sus andenes; a los que aun mantienen su residencia
por esos lados, les deseo mucho aguante.
Al parecer los
negocios, la rumba y la cultura llegaron a la Circunvalar para quedarse; para
la muestra un botón, vayamos los primeros jueves de cada mes a “La Cuadra”, evento
artístico que cada vez convoca más asistentes, especialmente muchachos y
muchachas que lo han convertido en su punto de encuentro, allá en la calle 12.
Estamos ante fenómenos
de ciudad que no los para nadie, como el que se está dando en la carrera sexta,
con la proliferación de locales comerciales, tabernas y cafés; una vía por la
que solamente circula la gente y el Megabús, lo cual constituye su encanto;
pero de esa calle ya hablaremos luego.